Saben las calles
Saben las calles de Rancagua
que dormiría en sus adoquines
a falta de un catre mullido
en casa de cualquier enemigo
si el flaite y la lluvia lo permiten.
Saben las calles de esta patria
que sueño mi suerte en sus paredes
que cada nudo de nostalgia
lo deshago en rimas asonantes
labradas en sus vigas y carretes.
Saben las líneas de este tablero
que camino mirando el suelo
porque no hay paisaje más noble
ni relato más henchido de pasiones
que el asfalto polvoriento de su lecho.
Saben los ancianos de este pueblo
que no hay derrota que lo venza
que su espalda sostuvo su pecho
mientras caían todas las iglesias
y su orgullo reventaba los miedos.
Sabe Dios que no es ciudad santa
que su plaza disimula dos jorobas
que pecó en tiranía y democracia
que medraba a combos de totora
siendo fiel a su nombre, Rancagua.
Sabe el infierno y confieso al cielo
que anclé mis raíces en su vientre
que no atino a dejarla ni queriendo
que eleva un trovador su sainete
y vuelvo a derramarme en su seno.
Ruego al Libertador que esta tierra
ralentice sus motores vengativos
y alargando el umbral de su paciencia
permita exclamar a esta extranjera:
¡que viva la madre que te ha parido!
Me enamoraste Rancagua
Ataviada de prisas, de ruinas y de humo
con tus labios de arsénico y desdén
con esa soberbia por no necesitarme
tomaste esta mano moribunda de palabra
derramando temblores de rabia y de sed.
Me encaramaste a una febril esperanza
esculpida a machete de púber trovador
para hundir mi aria cabellera a tus pies
iluminaste mis pasos en tus calles violeta
y en noches sublimes de ignotos poetas
me gritaste en voz ronca, quédate.
En galas de fracasos enfundada
escupiendo adoquines a cada latido
altanera en la brecha y fecunda de fe
en tu lecho no hay lápidas ni guadañas
pero siempre hay esquinas y agallas
para brindar tu honra en tinta y papel.
Reniega del mundo y de España
estampa tu sonrisa india y fatal
que hoy voy a confesar que pequé
sin armadura, ni biblia, ni espada
escucha estos siglos arrepentidos
desde el fango del vacío y los traspiés
fulminados en el porqué de tu mirada:
Me conquistaste a la tuya, tirana
me despojaste de amores plásticos
me vestiste con tierra sombría y azada
me convenciste de raíz a corteza maitén
sacaste mi fruto sin podar una rama
te reíste paciente de mi orgullo cobarde
y alfombraste de pétalos mis lágrimas.
Cómo no quererte con dientes y uñas
si me pariste en un domo de frazadas
cómo no defenderte hasta el desmayo
si pido una gota y te exprimes el alma.
Enmudezca el flamenco y ruja la cueca
entre dos torres se rinden mis armas
enarbola tu terno de sangre celeste
que me enamoraste de bruces, Rancagua.
· Primer Premio Nacional "Mi agenda 1997", Ediciones Paulinas, por poema "Un mañana"
· Primer Premio Poesía, Colegio Julio Verne Torrent, 1993, por poema "Amistad"
· Primer Premio Literatura en valenciano ex aequo, Instituto Eduardo Primo Marqués, Carlet, 1999, por poema "Ulls d'amor"
· Segundo Premio Literatura en castellano, Instituto Eduardo Primo Marqués, Carlet, 1999, por poemario "Trocitos de voluntad".
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